Primero lo primero....

GRACIAS a todos los que han comentado algo en el primer post debut nueva etapa blog cerrado antes y reabierto (no se entendió ni jota). De veras, gracias. Siempre una linda palabra y un empujoncito vienen bien. Estoy sacando el cerebro del piloto automático en el que lo puse.

Pasados tres meses, puedo hablar y escribir sin tener que interrumpirme a mí misma porque no puedo seguir o porque lloro, y puedo recibir una palabra de aliento sin desesperarme. Uno va pasando las cosas de a poquito, lo cual no quiere decir ni que no llore ni que no me haga mal, pero siempre trato de buscar algo bueno en lo que tengo, y tengo otro hijo y un marido a los que amo. Hay días buenos, y días malos. Entonces, y por eso, sigo, como todos, el camino de la vida. Le rindo pequeños homenajes a mi hija, a Jazmín, comprando todos los días 9 un ramo de jazmines que religiosamente pongo en casa o en la oficina, acordándome de ella todas las mañanas, tardes y noches, jugando a pensar en cómo sería cuando creciera, y recordándola con un amor infinito. Se me va de a poco la bronca para darle paso a un sentimiento de melancolía, y me permito reírme si la casión lo amerita, y trato de disfrutar lo más que pueda de mis otros dos amores.

Pensamos en esperar al menos un año, y después ponernos en campaña para adoptar. No puedo volver a quedar embarazada. Lo que pasó fue una enfermedad llamada eclampsia, que afecta a las embarazadas, y que con mi primer hijo la tuve, pero él corrió mejor suerte que Jazmincita. Pensamos con mi esposo que después de 15 años no iba a volver a pasar (esta vez no era un embarazo adolescente, lo cual también facilita la aparición de la enfermedad), pero pasó. Si quedara embarazada de nuevo seguramente pasaría, así que se acabó para nosotros. No se puede jugar a la ruleta con la vida de los hijos. Me siento mal por eso, porque a días de cumplir 32 años, ya sé que no puedo tener más hijos, y me pasó lo que me pasó. Si bien la adopción puede ser una salida, lo cierto es que las leyes no son muy flexibles en ese aspecto, y los muchos requisitos en cuanto a lo económico, y los tiempos enormes de espera hacen que no esté muy esperanzada con el tema. Lo tomo con cautela y no me ilusiono, así no me doy la cabeza contra un muro. De todas formas, lo respeto. Primero hay que tratar de que las madres se queden con sus hijos. Y, sólo si es inevitable, darlos en adopción. Si lasleyes fueran más flexibles, mayores serían las trampas, y tratándose de chicos, no es nada bueno.

Así son las cosas. Igual yo estoy bien, y si hay algo que aprendí, es que siempre hay gente de la que uno no sabía que tenía una pena, y resulta que te cuentan que les pasó lo mismo, que les pasó por ahí dos o tres veces, que les pasó con hijos más grandes, y uno los veía siempre, y no sabía la mochila que llevaban. Se aprende que de todo se sale, y que no hay que olvidar; hay que vivir y convivir con lo que a uno le pasa de la mejor manera posible.

Uy, que post largo!. Abreviando, MIL GRACIAS.