06 abril, 2006

"Los que trabajan mucho sólo huelen mal para los que no tienen nada mejor que hacer que andar por ahí con la nariz para arriba oliendo a los demás"
Charles Ingalls a su hija Laura

Palabras muy sabias, Charles... Igual a mí Charles Ingalls me parece un ser con una mentalidad psicótica y retorcida. ¡Sí, es así!. El tipo vivía con sus dos hijas, su esposa, los tres nenitos que después adoptaron y el perro en una pequeña casita en la pradera. El pobre mantenía a su familia haciendo trabajos varios; construía, limpiaba los establos, araba... hacía de todo. Cuando se iba a la cama con su esposa sólo hablaban, o leían, o comían pochoclo; de "eso", nada. El tipo estaba siempre optimista: la hija estaba ciega... el chabón lo tomaba con optimismo. Se burlaban los de la tienda de ellos por ser pobres.... el tipo, optimista. Calladito, no decía nada y seguía con su vida. Se la pasaba comiendo guisado, no tenía casi ropa, iba a la iglesia los domingos, siempre decía la verdad, tenía paciencia con sus hijos, con su esposa, con el perro... nunca se agarraba a trompadas ni se emborrachaba. Y eso que le llovían los problemas. Pero él, estoico, siempre con una frasecita como la anterior a flor de labios, superaba las dificultades que los libretistas le tiraban como cascotes en la sabiola.
El tipo era un psicótico reprimido. O era un alien. Nadie era tan bueno como Charles Ingalls. Yo creo que fue bueno que la serie llegara a su fin: en cualquier momento, el tipo se inflaba de ira, mandaba a todos a la mierda, quemaba la casita en la pradera, se tomaba dos damajuanas y violaba a la Sra. Olsen y a la cabra.... Demasiado bueno para ser verdad.

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