El chino del supermercado me odia. Lo sé, lo huelo en el aire. Cada vez que le pregunto por alguno de los productos que tiene en la caja no entiende qué le pido, y diserta con el otro chino, (que me odia desde que se me cayó 1/2 docena de huevos al piso una vez) y sé que me están humillando sin yo saberlo. No sé qué hacer. Pero sé que me putean sin yo saberlo.
En chino.
Dicen cosas en chino.
Voy a aprender chino.
Voy a vengarme. Voy a dejar pudrir un yogurth y se lo voy a devolver. Voy a aplastarle un tomate cuando no me vea... voy a romperle las prepizzas.......sí......sí.......sí......

Y, sí, tengo que empezar a trabajar y dejar de pensar boludeces....pero..... ¡Me queda una semana!

- Agrégueme unos hisopos, por favor.



CAJERO: - É...sá..po. A vé.. a vé.... Ché, Origami.... la golda ésta no sé que quiele... me habla como si fuera talado, despacito, pero no le entiendo un calajo. Vení un cacho a vel si vos la entendés y me la saco de encima de una vez.... Segulo quiele folos pala hacer chanchada con el malido...





FIAMBRERO: - Milá si voy a movel las patas hasta allá pol esta boluda.... nunca compla nada calo, decíle que no hay y chau.. que no lompa las tiki-taka de este buen sensei..... de paso coblale un peso más pol lleval la gaseosa flía...




- ¿Y? ¿Me da los hisopos? Son ésos que están allá, los de abajo del azafrán...... ¿Los ve? ÉSOS que le estoy señalando. ESOS! ¿Los ve? ¿Los ve?




CAJERO: - (Con cara de desdén) Nó téngo.

Nada. Sólo impotencia. Sólo saber que el Carrefour queda a cuatro cuadras; es más caro, y está lleno de gente.