19 diciembre, 2005

ME ESTOY PONIENDO VIEJA

Y, sí. Llega un momento en el que irremediablemete la cosa pasa. Y me pasó en estos días bastante.... ¿Ejemplos? ¿Quieren ejemplos? me tomo la pastillita... y comienzo a recordar..

Fiesta de egresados de mi hijo. Lindo. Alquilamos salón. Me ofrezco como "cuidadora-decoradora de salón-camarera" junto con dos madres más. 19:00 hs. Llegan los 28 ejemplares, mi hijo incluído, del brazo de su padre que, (piola), aduce estar agotado (cobarde), y se va. Viene el "DJ". Se apagan las luces, pone una bola de colores por acá, otra allá, y empieza la música. Me zumban los oídos, la bola me pone histérica, estoy harta a los dos minutos de reponer gaseosas, y cuando un compañero de mi hijo me saca a bailar el "meneaíto", quedo nock out en 15 minutos. Me tienen ya harta el pogo, los gritos, los globos, la bola de luces, y me duelen los pies. A las doce de la noche desfallezco. Y sólo tengo treinta.

Me meto en una página de recursos para blogs. Y leo "tags", "feeds", "nosequé", "nosecuá", "queseyó". No entiendo un pomo de nada. Me han superado. Ampliamente.

Mi hijo chatea por Messenger con una compañera. Miro, y veo que ahora en el nombre ponen caritas, simbolitos.... YO, que le enseñé a este purrete a usarlo, me veo sentada a su lado TRATANDO de entender cómo corno meten caritas ahí. Y no lo entendí (aunque me hice la que sí).

Colectivo. Yo parada en la puerta. Muchacha de 18, 20 años. me pregunta "¿Baja, señora?". La muchacha pasa a ser para mí una maldita perra bastarda. Y menos mal que me tuve que tomar el subte, en donde me reencontré con mi autoestima, que estaba abajo del túnel.

Chicos vestidos como "darks" en la calle. En vez de pensar cualquier otra cosa, pienso "Si éste fuera mi hijo, le saco esas pulseras y lo mando a que se bañe". Aaarrrgghhhhhh Soy mi madre!

Supermercado. Sí, empecé a leer la "Fecha de vencimiento". Y medito seriamente si el chino apaga o no las heladeras. La chica despreocupada se fué.

Hace dos semanas que evito las sugerencias de mi esposo de ponerme un arito en la nariz. "No estoy para eso, ya... " le digo.

Mis zapatillas están limpias. Y sanas. Algo grave está pasando.

Nos pasa. En algún momento nos pasa. Lo único seguro es que tengo treinta. Y voy a volver a cumplir treinta en enero. Hasta el 2008, como mínimo, los treinta y pico no los declaro (Hasta que alguno me ponga en evidencia sacándome a la pista...).

No hay comentarios.: