26 mayo, 2006

Las ancianas rompepelotas no necesitan presentación. Todos las conocimos, o conocemos; o padecimos en algún momento de nuestra existencia. Ellas en general andan solas. Se unen a veces, en general en grupitos de dos, máximo tres, en las aceras del barrio con el fin de debatir cuestiones sociales profundas y otras no tan profundas pero de igual relevancia, tales como con la cantidad de machos que la de la casa de empanadas se florea los viernes a la noche, o la sacudida que le dió al precio del queso el de los lácteos de la feria.
Suelen caminar despacio, atentas a todo y a todos, sentarse en plazas concurridas por niños y sus madres, y pasar ratos agradables en el almacén, la panadería, la verdulería.... Son las que siempre tienen un "Cuidado, nene!!!!" a flor de labios.
Son las que les gritan a los chicos que no anden tan rápido con la bicicleta, las que si te sentaste en la plaza al lado de ellas con el walkman te tocan el hombro y te largan un "¿No te parece que te hace mal a los oídos oír la música tan fuerte? Se escucha hasta acá, querida....", son las que en el colectivo te empujan con total y absoluta impunidad, y te pisan como si de una obligación se tratara.
Son las que odian a tu perro porque lo quisieron tocar una vez y el can (piola), les levantó el morro en señal poco amistosa. Son las que te hacen perder tiempo en la fiambrería porque se les ocurre ir cuando va todo el mundo, y pedir 550 gramos de paleta "Cortada biennnn finita ¿Eh?", y le piden al fiambrero una descripción precisa y detallada sobre la diferencia entre el queso de máquina de $1,80 y el de $ 2,-.
Son las que te saludan cuando te ven pero sabés que con alguna colega te sacan el cuero. Son las que si te ven sacar la basura cuatro minutos antes del horario se lo dicen a la administración, las que tardan cuatro mil años en la caja del supermercado para pagar una leche y una caja de calditos, son las que protestan en el banco porque no entienden la boleta de la luz y no ven que hay setenta y ocho personas atrás de ellas que ¡Están apuradas!....
Son las que compran un regalo y después se arrepienten y lo cambian ellas mismas antes de regalarlo, y son las que te ven y te dicen "Estás más gordita.... y tu marido también...". Son las que el 100% de su tiempo lo tienen libre de compromisos laborales, con lo cual, pueden romper las guindas a piaccere. Son las que creen ya saberlo todo, y que tienen que demostrarlo. Las que gustan hablar de callos, juanetes, pústulas y berrugas como si todo eso fuera un tema glamoroso y excitante.
Son nuestras abuelas, madres, tías.
(Somos nosotras, chicas, dentro de un par de décadas!!!!!!)

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